Cuando fracasa el Centro Nacional de Visados: Burocracia, retrasos y coste humano

Para muchas familias que persiguen la inmigración legal a Estados Unidos, la aprobación de una petición por el USCIS debería suponer un importante paso adelante. En cambio, a menudo señala el comienzo de un capítulo frustrante y opaco en el Centro Nacional de Visados (NVC), un organismo centralizado del Departamento de Estado responsable de la tramitación previa de los casos de visados de inmigrante. Aunque la misión declarada del NVC es facilitar el proceso de visado, sus ineficiencias lo convierten a menudo en embotellamiento que causa meses -y a veces años- de retrasos innecesarios, confusión y dificultades.

Un ejemplo de ello es el caso de una ciudadana estadounidense cuyo caso de inmigración para su marido estuvo pendiente en el Centro Nacional de Visados durante dos años. Después de que el USCIS aprobara la petición I-130, el caso fue remitido al NVC para su tramitación consular. Pagó todas las tasas requeridas y presentó la documentación justificativa; esperaba que el proceso avanzara. Sin embargo, no ocurrió nada. No hubo confirmación de que los documentos estuvieran completos, ni comunicación, ni progreso alguno. Los intentos de pedir aclaraciones se encontraron con respuestas genéricas o ninguna respuesta. El USCIS ya había transferido el caso al NVC; la embajada no había recibido el caso del NVC. El NVC, que debería haber estado revisando la documentación presentada y preparando el caso para la programación de entrevistas, básicamente dejó que el expediente cogiera polvo.

Entonces se puso en contacto con nosotros, dispuesta a presentar una demanda de mandamus. Pensamos que antes de hacerlo, tendría sentido intentar resolverlo primero con el NVC: las demandas pueden ser caras y llevar mucho tiempo. Tras ponernos en contacto con un directivo de NVC, este actuó de inmediato. Y después de que el cliente actualizara la documentación, el caso se remitió al consulado para la entrevista del visado de inmigrante.

Esta experiencia, por desgracia, no es única. En otro de nuestros casos, un ciudadano estadounidense estuvo meses y meses en el "carrusel" del NVC sobre la suficiencia de su declaración jurada de apoyo antes de ponerse en contacto con nosotros. En todo EE.UU., ciudadanos estadounidenses, residentes permanentes legales y empresas cuentan historias similares: casos que se prolongan durante meses sin movimiento, documentos que no se reconocen y familias y empresas atrapadas en el limbo. Estos retrasos no solo son frustrantes, sino que tienen graves consecuencias.

El impacto de estos retrasos es profundo. Las familias siguen separadas mientras sus cónyuges e hijos en el extranjero esperan entrevistas que nunca llegan a programarse. Los empresarios que necesitan trabajadores extranjeros deben esperar a que pasen los meses sin avances. Las personas que desean reunirse con sus seres queridos, aceptar ofertas de trabajo o iniciar una nueva vida en Estados Unidos se ven sumidas en la incertidumbre.

Estos retrasos no son meramente administrativos, sino que causan daños económicos y emocionales. Los solicitantes en Estados Unidos y los beneficiarios fuera del país han esperado a menudo años a que el USCIS aprobara la petición, y han gastado miles de dólares en honorarios de abogados y traducciones, sólo para ver sus casos estancados en el NVC. El coste emocional es igualmente significativo. Los clientes describen noches sin dormir, planes familiares interrumpidos y la creciente sensación de que el sistema está roto.

En algunos casos, se hace necesario volver a presentar documentos, escalar el asunto a través de las oficinas del Congreso o incluso presentar quejas ante el Departamento de Estado. Estos pasos adicionales, aunque a veces son eficaces, crean gastos y dificultades innecesarios para los solicitantes que ya han hecho todo lo que se les pedía.

Si tiene algún problema en el Centro Nacional de Visados, no dude en ponerse en contacto con nosotros.