Estudios de casos

Caso de A. B.

A fue víctima de un abogado turbio, quien presentó una solicitud de asilo para ella sin su conocimiento. Los problemas empezaron cuando ella abandonó los Estados Unidos e intentó solicitar una nueva visa y después se casó con un ciudadano de los EE.UU. La ayudamos con las solicitudes FOIA al Departamento de Estado y al USCIS. Al obtener esos resultados, pudo acceder a su solicitud de asilo y a sus anteriores solicitudes de visa. Esto le ayudó a resolver las dudas y preocupaciones del cónsul, lo que permitió la expedición de su visa de inmigrante CR1 y la unificación con su marido, ciudadano estadounidense.

Caso de Y. H.

Y había presentado la petición K-1 I-129F por su novio. Pero después de que su novio había pasado su entrevista, a ella le acusaron que pretende contraer matrimonio simulado e restringieron permanentemente en virtud de 212(a)(6)(C)(i). El cónsul devolvió la petición al USCIS. Después de que Y contactó con nosotros, le ayudamos a quitar la restricción.

Caso de G. V.

El cónsul prohibió permanentemente la entrada en Estados Unidos a G, un hombre de negocios de gran éxito, en virtud de la Sección 212(a)(6)(C)(i). Pero G no entendía por qué. Después de haber realizado una consulta detallada y haber revisado su historia de visas de 25 años, tampoco estaba claro para nosotros. Así que pedimos al consulado y al Departamento de Estado que aclararan la base fáctica de la decisión. Dentro de dos meses, el Departamento del Estado volvió a abrir y examinar la decisión. Sin encontrar la base legal para la entrada del hallazgo del 6Ci, anuló la inadmisibilidad del 6Ci. Dos meses más tarde, G solicitó y recibió una nueva visa de visitante B.

Caso de X. D.

Al padre de X le acusaron de tráfico de drogas. Como resultado, la visa de estudiante F-1 de X fue denegado en virtud de Sección 212(a)(2)(C)(ii). Años más tarde él contactó con nuestra empresa para consultar. Le informamos de que, como llevaba más de cinco años viviendo independientemente de sus padres y no había recibido ninguna prestación económica o de otro tipo de su padre durante ese tiempo, ya no era inadmisible en virtud de ese artículo de la ley. Después de la consulta, X solicitó una nueva visa B. Después de revisión de una semana el cónsul le expidió la visa.

Caso de D. C.

Para el caso de la visa de D, en el que se alegaba que había participado en contrabando de extranjeros (Sección 212(a)(6)(E)), era fundamental establecer las fechas de sus entradas y salidas de Estados Unidos y las de sus familiares más de 10 años antes. En respuesta a solicitudes de la Ley de Libertad de Información al Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras, el CBP emitió respuestas de “no hay registros”, alegando que no disponía de ningún documento o material relacionado con D y su familiar. Nosotros sabíamos que no era verdad. Inmediatamente presentamos una queja ante el CBP FOIA Liaison. Dentro de 48 horas, CBP envió respuestas exhaustivas y adaptadas que contenían más de 20 páginas de información relacionada con sus viajes a los Estados Unidos.

Caso de C. W.

C es un profesional destacado que trabaja con top multinacionales estadounidenses. Él intentó entrar en EE.UU. con visa de visitante B para ver a su hijo, pero la Protección de Aduanas y Fronteras lo detuvo en el aeropuerto de los EE.UU. El CBP no sólo le declaró inadmisible en virtud de la Sección 212(a)(7)(A)(i)(I), sino que le acusó de mentir en su solicitud de visa e introdujo una conclusión 212(a)(6)(C)(i). Después de haber pasado muchos años, C consultó con nosotros cuál sería el mejor enfoque en su situación tan complicada. Después de la consulta, C solicitó una nueva visa de visitante y lo recibió tras la retirada del 6Ci.

Caso de H. T.

Nosotros representamos a H en su solicitud de exención de inmigrante I-601 después de haber sido declarada inadmisible en virtud de Sección 212(a)(2)(A)(i)(I) en condena por delitos de vileza moral. H pudo solicitar la exención de inmigrante de Sección 212 (h) porque después de su último incidente criminal habían pasado más de 15 años. Ella fue rehabilitada y no suponía ningún peligro a los EE.UU.; su comunidad la consideró una ciudadana ejemplar. Nosotros presentamos más de 10 cartas de referencia, así como cartas de apoyo de sus empleadores presentes y anteriores. El USCIS aprobó entonces la exención y, menos de dos meses después, H recibió su visa de inmigrante IR5, que le permitía inmigrar para vivir con su hija y sus nietos, ciudadanos estadounidenses.

Caso de O. D.

En un caso en el que estaba implicada una alegación de tráfico de drogas (Sección 212(a)(2)(C)(i)), emprendimos una solicitud de la Ley de Libertad de Información a la Administración para el Control de Drogas. La Administración reconoció que tenía registros sobre O, pero alegó que la divulgación de los registros estaba exenta de divulgación en virtud de las exenciones de la FOIA y, por lo tanto, no entregaría ningún registro. Nosotros apelamos aquella decisión de la Administración y FOIA, discutiendo a favor de la presunción de apertura; la obligación de la Agencia de “segregar” registros divulgables de los exentos; y que en la misma solicitud la Administración divulgó los materiales. La rama FOIA de la Administración estuvo de acuerdo y devolvió nuestra solicitud para que se siguiera tramitando. Poco después, la Administración reveló registros pertinentes.

Caso de M. R.

M mintió en su entrevista de visa H-1B: ella declaró estar trabajando en la oficina de su empleador, pero en realidad estaba trabajando desde casa. En consecuencia, el cónsul le impuso una resolución 212(a)(6)(C)(i). Después ella contrató a nuestra empresa. Alegamos que su domicilio y la oficina del empleador estaban situados en la misma Área Estadística Metropolitana (MSA), por lo que a efectos de la H-1B y de la Solicitud de Condición Laboral, el salario vigente era el mismo, es decir, su tergiversación no era material. Después de una corta entrevista, la decisión de tergiversación fue anulada.

Caso de T. V.

T llegó a los Estados Unidos como visitante B-2. Unos meses después de haber llegado, ella decidió quedarse. Su hija K, ciudadana estadounidense, decidió emprender el proceso de inmigración de su madre “hágalo usted mismo”, sin ayuda de un abogado. Pero el proceso no es tan sencillo: incluye cumplimentar con exactitud más de 50 páginas de formularios para la petición de inmigrante (I-130)/ajuste de estatus (I-485)/autorización de empleo (I-765)/permiso anticipado de libertad condicional-autorización de viaje (I-131)/ y la declaración jurada de apoyo (I-864), así como aportar numerosos documentos justificativos. El Servicio sí que aceptó la petición I-130, pero rechazó la I-485, porque K utilizó formulario obsoleto y presentó la factura por tarifa de procesamiento en la cantidad equivocada. Como resultado, T se hizo ilegal porque su I-94 había caducado. Entonces K se puso en contacto con nosotros. Nosotros le preparamos el paquete 485/765/131, así como la declaración jurada de apoyo (I-864), la declaración jurada de apoyo de copatrocinador (I-864A) y un breve memorándum sobre el estado de T. Dentro de 7 meses a T le expidieron su tarjeta verde.