"Pero eso no es lo que ella dijo": Cuando un testimonio inconsistente descarrila su caso de visa de inmigrante K-1 o I-130 CR-1

En un artículo anterior, exploramos cómo la documentación deficiente y las pruebas débiles pueden hundir los casos de visa K-1 de prometido y visa I-130 de cónyuge. Pero incluso las parejas que creen que han presentado todo lo necesario a menudo se ven sorprendidas durante la entrevista de visado, especialmente cuando sus respuestas no coinciden. Un testimonio incoherente es una de las razones más comunes por las que un funcionario consular empieza a sospechar de fraude.

Puede parecer poca cosa olvidar una cita o ponerse nervioso delante de un funcionario, pero cuando un peticionario dice que se conocieron en la fiesta de un amigo en Lagos en enero y el beneficiario afirma que se conocieron en una aplicación de citas en mayo, esta contradicción pone inmediatamente en duda la relación. La historia de "cómo nos conocimos" es fundamental. Si la pareja no se pone de acuerdo en algo tan básico, el funcionario puede empezar a sospechar que la relación es más transaccional que romántica.

Otra cuestión clave es la primera reunión en persona. Esto es especialmente crítico en los casos de visados K-1, en los que la ley de inmigración estadounidense exige que la pareja se haya conocido físicamente en los últimos dos años. Si el solicitante afirma que se conocieron en 2022 y el beneficiario dice que en 2023, o si no hay pruebas como sellos de pasaporte, recibos de hotel o fotos que lo respalden, el funcionario puede sospechar de falsedad. En casos graves, esto podría dar lugar a una denegación en virtud de INA §212(a)(6)(C)(i), una causa permanente de inadmisibilidad por fraude.

También surgen discrepancias al hablar de las visitas y el tiempo que pasan juntos. Por ejemplo, una de las partes puede decir que visitó París en agosto durante dos semanas, mientras que la otra dice que fue en septiembre y sólo unos días. Si no hay itinerarios de vuelo, recibos o recuerdos coherentes que apoyen estas afirmaciones, el agente puede empezar a dudar de si el viaje se produjo o no. Peor aún, si el caso implica una supuesta cohabitación, pero ninguna de las partes puede indicar correctamente la dirección, describir el apartamento o proporcionar registros como contratos de arrendamiento o facturas de servicios públicos, puede parecer que la pareja inventó la afirmación de vivir juntos.

Un problema especialmente flagrante es la falta de historial de comunicación. Muchas parejas no conservan registros de chats, correos electrónicos o llamadas, dando por sentado que su relación es evidente. Pero en la tramitación consular, la ausencia de correspondencia rastreable -combinada con la incapacidad de recordar qué plataformas utilizaban para comunicarse- puede ser fatal para una petición. Sugiere que la relación fue esporádica o concertada apresuradamente con fines de inmigración, y no sostenida en el tiempo.

Luego está la cuestión de las fotos. Algunas parejas presentan sólo unas pocas fotos, a menudo de su ceremonia de boda. Pero los funcionarios esperan ver pruebas fotográficas de una relación que existía antes del matrimonio: fotos de viajes juntos, salidas con la familia o los amigos, momentos casuales o acontecimientos a lo largo del tiempo. Sin eso, la relación puede parecer escenificada para inmigración.

Los funcionarios consulares no esperan una memoria perfecta, pero sí coherencia en lo básico. A veces, el solicitante de nacionalidad estadounidense viaja para la entrevista. Aunque eso puede mostrar intenciones serias, si el ciudadano estadounidense asiste a la entrevista, es posible que el cónsul pueda concertar entrevistas separadas. A continuación, los funcionarios comparan sus respuestas, especialmente en lo relativo a cómo se conocieron, con qué frecuencia hablan, cuándo se visitaron, qué hicieron juntos y si sus relatos coinciden con las pruebas presentadas. Algunas pequeñas incoherencias pueden pasarse por alto. Pero las contradicciones importantes, sobre todo si no hay documentación que las corrobore, suelen dar lugar a sospechas y negativas.

Las parejas pueden evitar estos escollos preparándose cuidadosamente. Es importante repasar la cronología compartida antes de la entrevista, repasando los acontecimientos, viajes e hitos clave. No es necesario memorizar un guión, pero ambas partes deben tener una idea clara y honesta de su historia juntos. Guardar pruebas -fotos, mensajes, recibos, registros de viajes- a medida que avanza la relación marca una gran diferencia más adelante. También es fundamental no inventarse ni ensayar respuestas. Los funcionarios consulares están entrenados para detectar la falta de sinceridad y las respuestas forzadas o poco naturales pueden desencadenar un mayor escrutinio.

Si su caso presenta circunstancias inusuales, como una larga separación, poco tiempo juntos o una relación que se desarrolló rápidamente, es esencial que consulte con un abogado de inmigración con experiencia. La orientación legal puede ayudarle a presentar un caso veraz y bien fundamentado que reconozca por adelantado cualquier señal de alarma y la aborde directamente.

Incluso las parejas auténticas pueden descarrilar por respuestas incoherentes y falta de pruebas. Si su solicitud de visado se basa únicamente en decir "nos queremos", está pisando terreno frágil. Para los funcionarios consulares, el amor puede ser parte de la historia, pero lo que realmente importa es si sus hechos coinciden, sus pruebas apoyan sus afirmaciones y su relación resiste el escrutinio. No dude en ponerse en contacto con nosotros para evaluar su caso.